El pintor estadounidense afincado en Inglaterra James McNeill Whistler (1834-1903) ha pasado a la historia no sólo por sus cuadros sino por la acérrima defensa que hizo de su arte ante las críticas de que era objeto por parte ya fuera del público general, como de la prensa o de personalidades destacadas de la cultura británica. Así, además de publicar en los periódicos puzantes réplicas, no dudó en denunciar por difamación a John Ruskin u Oscar Wilde, obligando con ello a los tribunales de justicia a aclarar los límites de las opiniones que, legítimamente, cabe verter sobre el Arte.