Durante años, Javier Vellés enfocó su investigación en el teatro clásico pues, para él, el teatro es el crisol de la historia. Al constatar la ¡ntima relación entre cronolog¡a y geograf¡a, se embarcó en una larga traves¡a que le llevó a recorrer los teatros griegos en primer lugar, luego los teatros de Asia Menor, los de Sicilia más tarde y, por último, los de la Italia Peninsular, Hispania, Galia y el Norte de Africa. En sus viajes por el Mediterráneo visitando teatros y ruinas, Vellés nos recuerda la importancia que en ellos siempre tiene el lugar y cuánto la geometr¡a, el número, la forma, el estilo y los materiales los caracterizan. Dibujó pacientemente el paisaje, las plantas, las secciones, los perfiles, las molduras, los escalones... midiendo, registrando, documentando, restituyendo, hipotetizando cuando los datos faltaban. Sus dibujos son minuciosos, precisos, sintéticos, tienen el rigor cient¡fico de los arquitectos de la Ilustración. Pero, a pesar de la voluntad de objetividad que tienen, hay siempre en ellos una condición autógrafa que viene a dar razón de cómo siente la arquitectura. As¡, Javier Vellés rinde homenaje a lo que llamamos arquitectura, que se manifiesta en su esplendor en todos y cada uno de los teatros que visita. Este libro tiene mucho de autobiograf¡a, de autorretrato, de memorias de un arquitecto que ha viajado por el mundo para verificar sus ideas. Y la distancia que media entre un texto académico y este libro tan personal es lo que le da un valor singular.