Genuina y sencilla, valiente y honesta, Abigail Thomas siempre escribe sobre el día a día, sobre las pequeñas alegrías que nos alivian y custodian en los grandes dramas, sobre su manera de aceptar y resistir a toda la belleza y tristeza que la vida le ha dado. En este nuevo, certero y bellísimo libro, captura la esencia misma de una amistad duradera, la complejidad de la relación entre madre e hija y la pureza del amor por los perros. Capítulos breves, como planos de una prodigiosa película, que hilvanan toda la riqueza de la existencia. Apenas nada y, sin embargo, absolutamente todo. La brillantez de la escritura de Thomas radica en que busca la felicidad y la encuentra, y su prosa se convierte en una guía memorable para aprender a vivir de manera imperfecta y exuberante.
«Aquí, lo pequeño habla por lo grande, con una voz serena que se dirige a la mente mientras llena el corazón. Abigail Thomas es la Emily Dickinson de los autores de memorias, y gran parte de la sabiduría de este libro se encuentra entre sus líneas y en los espacios en blanco. Es posible que sólo te lleve dos días leerlo, pero el impacto te acompañará mucho tiempo. Abigail Thomas consigue que la memoria cobre vida». Stephen King