Piedra sobre piedra las ruinas descansan
en su propia luz.
Ni blancas ni negras
amanecen florecillas salvajes
entre las grietas de la pequeña isla perlada
la Cubagua en ruinas
el alma nuestra expoliada y altiva
que también dejamos.
¿Cómo poseer una isla
y hacerse una en su pureza?
¿Cómo habitar poéticamente la isla
y concentrarse al límite del Trueno
para que todas las cosas encuentren su refugio?
(«Antífona de las islas los bosques y los mares»)