GarcÃa Márquez retrata con pulso magistral la figura de Simón BolÃvar, que transmutó el destino de América.
Aclamado por el pueblo como Libertador, blanco de numerosas conjuras polÃticas y militares, héroe romántico y hasta libertino para sus detractores y sus partidarios, idealista Ãntegro y abandonado que contempla las ruinas de su sueño de unidad de los pueblos americanos, tras la independencia del dominio español Simón BolÃvar emprende -enfermo, con un menguado séquito- el que será su viaje final. Parte desde Bogotá para seguir el curso del rÃo Magdalena. Su viaje será el último en un doble sentido: le proporciona oportunidades para considerar los pasos que ha dado en su agitada vida y, al tiempo, la gravedad de sus dolencias apresta en varios meses su encuentro con la muerte.
El pulso magistral de Gabriel GarcÃa Márquez refiere hasta en sus detalles mÃnimos la inmensa aventura que, impulsada por la voluntad de BolÃvar, transmutó el destino de América.
«José Palacios, su servidor más antiguo, lo encontró flotando en las aguas depurativas de la bañera, desnudo y con los ojos abiertos, y creyó que se habÃa ahogado. SabÃa que ése era uno de sus muchos modos de meditar, pero el estado de éxtasis en que yacÃa a la deriva parecÃa de alguien que ya no era de este mundo. No se atrevió a acercarse, sino que lo llamó con voz sorda de acuerdo con la orden de despertarlo antes de las cinco para viajar con las primeras luces.»
Rafael Conte dijo...
«Quizá en la prosa narrativa de la literatura hispanoamericana actual no haya más que dos cumbres, Jorge Luis Borges y Gabriel GarcÃa Márquez, que han sido dos verdaderos refundadores del arte narrativo en español de nuestro tiempo.»