La tradición está de moda, pero no por la resurrección del modo de entender la cocina y la gastronomía, sino por el fracaso mayoritario de novísimas cocinas sin raíz, propuestas por influyentes medios de comunicación como paradigma de la triunfante cocina española. Apagada la espuma, el sentido común renace y volvemos a considerar nuestra vieja cultura culinaria, de acrisolada raigambre, con siglos de práctica y, sobre todo, conformadora y al tiempo expresión de un modo de entender la vida; una auténtica cultura propia, que se asocia a la lengua y el arte como tríada de nuestra esencia.
Pretender originalidad absoluta en la tradición, que surge lentamente del manglar de los sedimentos europeos grecolatinos y norteafricanos, es absurdo, como lo es el localismo sectario y cerril. En este libro se pretenden indicar escuetamente las técnicas, productos, platos y usos culinarios de nuestro mundo cultural propio, más identificativo que identitario, huyendo de la manipulación del «es lo nuestro» como excluyente o localista, tan empleado en la instauración de neotradiciones interesadas o reduccionismos vulgarizadores.
Aproximarnos al mundo de la tradición culinaria española, variopinto, integrador de múltiples influencias culturales, puede ser una forma muy constructiva de entender cómo somos y por qué somos así, y de expulsar a los falsificadores o trivializadores de nuestra riquísima realidad.