AA.VV
Nunca se ha dado una mejor versión de las variantes gramaticales del beso que las que dio Mistinguett, célebre vedette francesa de la Belle Époque, al decir que un beso puede ser una coma, un signo de interrogación o un signo de exclamación. Estas páginas están llenas de interrogaciones y exclamaciones y, como es lógico, de besos apasionados. El beso involucra a una treintena de músculos faciales y a un centenar de músculos posturales que son las manillas de la puerta del amor y la sexualidad.
Hay grabados en roca, petroglifos de la Edad del Bronce, donde ya aparecen figuras besándose. Esos besos prehistóricos son el inicio de este milenario acto de amor, de este combate de labios que aquí presentamos. Los escritos más antiguos donde aparece el beso pertenecen a la cultura mesopotámica, de hace 5.000 años aproximadamente, y se encontraron en unas tablillas de arcilla. También se da como primera evidencia documentada un texto escrito en la India, 3.500 años antes de nuestra era. Con el tiempo esta forma de expresión controvertida, censurada y perseguida en algunas épocas y culturas, va creciendo y se va sublimando en el deseo hasta alcanzar en el romanticismo su esplendor.
Existen muchos tipos de besos, desde besos sencillos como los besos de amistad, de saludo o familiares, donde utilizamos tan solo dos músculos y quemamos muy pocas calorías, y en el otro extremo ese chispazo que se produce en incontrolables y desordenados labios donde el roce y la pasión alcanzan sus mayores logros. Antes se decía que el placentero goce que sentimos al presionar nuestros labios contra otros podía transmitir enfermedades contagiosas. Ahora los científicos nos anuncian que los besos fortalecen el sistema inmunológico, reducen la tensión arterial y favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos. Pero lo más importante es que aumentan nuestra excitación y nos hacen más felices. Los besos son señales químicas transmitidas por la saliva y el aliento que aumentan los niveles de esas hormonas de la felicidad que sostienen el corazón cuando todo parece perdido.