El monasterio de San Andrés de Arroyo es sobradamente conocido por la belleza de su claustro y del conjunto de construcciones que lo forman. En menor medida es también sabido que durante siglos guardó entre sus muros un bellísimo ejemplar del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana, copiado a principios del siglo XIII y magníficamente ilustrado. Pero, excepción hecha de algunos estudios parciales, falta por hacer una completa historia del cenobio.