Tras la muerte de Katherine Mansfield, en 1923, su marido John Murry se dedicó a recopilar los documentos inéditos que la escritora había dejado. Con ellos compuso este diario que refleja las emociones y los pensamientos más íntimos de la autora, su manera de trabajar y su amor por la vida, a pesar de la enfermedad que la acompañó durante mucho tiempo y que acabó con ella cuando solo tenía 35 años. El diario va acompañado de los comentarios de Murry y del artículo que escribió Virginia Woolf en 1927 para reseñar la primera edición de la obra.