Diálogos del anochecer, aunque forma parte de una tetralogía, es una novela perfectamente autónoma. Publicada por primera vez en época franquista (1971), hubo que suprimir, por razones de censura, ciertos pasajes, el más extenso de los cuales aludía directamente al dictador. En la presente edición se publica por primera vez completa. La novela narra el reencuentro de dos antiguos compañeros de facultad que vuelven a verse al cabo de los años, se cuentan su vida, sus decepciones y sus fracasos, y se declaran hijos de «una clase imbécil, de una época abyecta, de un país retrógrado». La obra constituye así una crítica en profundidad no ya del franquismo, sino de su introyección y secuelas en los que crecieron en su seno. Los dos protagonistas dialogantes, Sabas y Fabián, reconocen «su frustración como miembros de una generación perdida, la de los estudiantes universitarios nacidos en torno a la Guerra Civil, un grupo cuyo inconformismo juvenil desembocó en un helado nihilismo existencial». (Columbia dictionary of modem europea,: literatura, New York, 1980).
José María Vaz de Soto (Paymogo. Huelva, 1938) se había dado a conocer con El infierno y la brisa (1971), llevada luego al cine con el título de ¡Arriba Hazaña!, y a estos Diálogos del anochecer siguieron Fabián, Sabas y Diálogos de la alta noche, que forman con ella una tetralogía de novelas dialogadas. Otras obras suyas, dentro de esta línea crítica y reflexiva, son El precursor y Despeñaperros. Posteriormente, publicó una trilogía de corte policiaco: Las piedras son testigos (1994), Síndrome de Oslo (1998) y Perros ahorcados (2000). Su última obra, aparecida en esta misma editorial con el becqueriano título de Desde mi celda (2002), supone un nuevo cambio de rumbo hacia un tipo de novela que él ha definido como «una visión del mundo que se expresa a través de una historia»