AA.VV
Severamente castigado por las convulsiones de la historia, que en 1914 privaron al alemán pacifista de su colección y en 1940 despojaron al hombre judío de todos sus bienes, Kahnweiler se mantuvo siempre fiel a una ética intelectual y moral que confirió a las relaciones con sus artistas un carácter particular. Hombre con sentido del deber fue el protector y coleccionista de todos los artistas presentados en sus galerías.