La obra trata de enmarcar la vida y la trayectoria política de Blas Infante en el contexto desquiciado de la España de la Restauración. Esa España estaba acosada por los primeros nacionalistas periféricos, por unos regeneracionistas cada vez más pesimistas y por unas ideologías revolucionarias agresivas y mesiánicas. A pesar de su pensamiento un tanto excéntrico y peculiar, Infante es verdaderamente un "hijo de su tiempo".