Apuntes de viaje al interior del tiempo es una suerte de ars memoriae de Luis Moreno Mansilla, un libro extraordinario que tiene su origen los dos años que el autor fue pensionado en la Real Academia Española de Bellas Artes en Roma. Desechando, por inabarcable, la idea de seguir el rastro de los arquitectos que habían viajado a Italia, seleccionó unos cuantos por el interés que ellos despertaban en él y por la repercusión que el viaje tuvo en sus vidas y en sus obras: Le Corbusier, Aalto, Asplund, Lewerentz, Siza, Soane, Violet-le-Duc, Kahn.
Estos apuntes de viaje suponían para el autor un viaje a un mundo personal, lo que le permitió moverse por lugares diferentes del pensamiento con personas que vivieron en momentos diferentes del pasado y habían dibujado o fotografiado las mismas cosas, habían escrito sobre los mismos caminos, fijando su mirada sobre unos objetos casi permanentes, apenas mecidos por el viento de la historia. Es un viaje, por tanto, al interior del tiempo, en el que aparecen temas que constituyen una parte sustancial del marco intelectual de Luis Moreno Mansilla: la coincidencia entre el viajar y el pensar, la obra como autorretrato, el arte como segunda naturaleza, la conciencia intelectual de la materia, la erosión de los límites entre lo individual y lo cultural y el mundo entendido como un territorio en constante transformación entre las ideas y las cosas.
LUIS MORENO MANSILLA (1959-2012) ha sido uno de los arquitectos españoles más destacados de las últimas décadas. Tras sus estudios completó su formación en Italia pensionado por la Academia Española de Bellas Artes en Roma, en Suecia becado por el Consejo de Europa y en Harvard. Su Tesis Doctoral mereció el Premio Extraordinario de la UPM. Desde 1989 impartió clases de Proyectos en la ETSAM, donde dejó una profunda huella y fue profesor invitado en prestigiosas universidades internacionales. En 1993 fundó, con Emilio Tuñón y Luis Rojo, la cooperativa de pensamientos CIRCO, editando la prestigiosa publicación mensual del mismo nombre. En 1990 fundó, con Emilio Tuñón, el estudio Mansilla + Tuñón Arquitectos, dejando obras memorables como el Museo Provincial de Zamora, el Museo de Bellas Artes de Castellón, el Auditorio de León, el Centro Documental El Águila en Madrid, el MUSAC en León, la Fundación Helga de Alvear en Cáceres y el Museo de las Colecciones Reales en Madrid. Su trabajo como arquitecto ha merecido, igualmente, las más altas distinciones.