«La literatura y los valores» reza el título que me ha sido asignado en este Congreso sobre Los valores en la Ciencia y en la Cultura. El título es equívoco por los diversos sentidos que se cruzan en él, y precisa por tanto de una clarificación preliminar. Cabe entender, ante todo, que se trata de los valores de la literatura (genitivo subjetivo), esto es, los que le son propios en cuanto literatura, y hacen de ella, del mundus fictus, algo de suyo y en sí valioso. Los valores se toman en esta primera acepción en sentido estético, como cuan do hablamos de buena o mala literatura. Pero por «valores de la literatura» (ahora como genitivo objetivo) puede entenderse también los que ella aporta, su específica contribución a las distintas ramas de la cultura y a sus correspondientes esferas de valor; por ejemplo, a la conciencia del mundo en que se vive, o a la configuración de los ideales y formas de vida, o bien a la crítica social y política.